Nuestra
ruta hoy trascurre por un hermoso barranco dentro del término municipal de Adra.
Dejamos un primer coche
en la carretera que sube desde Guainos
a la ermita del Barranco Almerín.
A pocos
kilómetros una vez pasado la cortijada de Los Pérez, sale una pista a la
izquierda que está cortada con una cadena. Éste sería nuestro punto final de la
ruta.
.
Retrocedimos por la carretera hasta llagar
a la N-340.
Continuamos dirección Málaga.
A pocos kilómetros apareció el desvío a la
derecha
para adentrarnos en El Barranco La Alcazaba.
Dejamos el segundo coche
junto al antiguo puente y bajamos por la rampa directamente al barranco.
Comenzamos nuestra ruta pasando justo
por debajo del nuevo e impresionante puente que han hecho
para la nueva autovía.
Continuamos serpenteando entre varios
invernaderos a ambos lados del barranco y un par de cortijos.
Enseguida comenzó la tranquilidad y el
agua.
Conforme nos adentrábamos, íbamos admirando
las altas pareces erosionadas por el paso del tiempo.
Se nota que está poco transitado, apenas si
te encuentras restos de basura en él.
Este barranco cuenta con una red de acequias
antiguas a ambos lados.
El agua que transporta lo canalizan a través
de tubos de goma negros que en algunos tramos
donde la acequia se ha perdido, pasan
directamente por el cauce natural del barranco.
Tiene varios tramos angostos, pero se pueden
salvar;
ascendiendo unos metros y bordeándolos por alguno de los márgenes del
barranco.
La morfología y vegetación es muy similar al del barranco de Guainos,
pero en éste en sus laderas y recorrido
apenas si hay cortijos ni están labrados,
por lo que está en un
estado más virgen.
En nuestra ruta pudimos ver cabras
monteses,
perdices, ranas, serpientes, un jabalí muerto.
Referente a la vegetación, encinares y
chaparrales, matorrales seriales, esparto, retamas, tomillo, etc.
Pasamos junto a las ruinas del Cortijo del
Tranco de La Mula que está en una curva muy pronunciada,
en el margen derecho y
justo en frente, en la misma curva, hay otra ruina muy pequeñita.
El caudal de agua que lleva en esta época es
abundante.
Hay muchos tramos donde el agua desaparece y
andar por el barranco es fácil,
ya que apenas hay vegetación.
Sin embargo en los tramos donde el agua va por la
superficie, suelen estar cerrados de vegetación.
No hay problema, siempre se encuentra
algún paso de animales, que te facilita el camino.
Comenzamos a ver a lo lejos en una loma, en
el margen derecho del barranco otro cortijo abandonado.
Es el cortijo de La Marina.
Poco a poco vamos ganando altura.
Una calera en el camino nos muestra
vestigios de un sistema de vida tradicional,
donde la cal formaba parte de la economía de
algunas familias.
El barranco se abre más y ya se pueden ver
patatas cultivadas.
Estamos más o menos a la altura del cortijo
de Palomo.
Continuamos hasta la altura de Peñas
Bermejas, donde te encuentras un pequeño cortijo medio en ruinas,
en el margen derecho del barranco.
Subimos hasta él y nos paramos en la balsa
que tiene a comer.
Llevábamos tres horas muy tranquilas de
ruta, inspeccionando y parándonos para hacer innumerables fotos.
Continuando con la ruta, llegamos a un salto
de agua.
Tras pasarlo, estábamos en las inmediaciones
del cortijo Buena Vista y Las Eras
Aquí el barranco tuerce a la izquierda y
después a la derecha en línea recta,
hasta que llega a una bifurcación.
Hacia la izquierda continúa por El Barranco Gurrias.
Nosotros continuamos
hacia la derecha y en una media hora aproximadamente llegamos a la cortijada de
Los Dagas.
Llama la atención la construcción de los
lagares que tienen los cortijos de esta zona.
Seguimos por el
barranco sin dejar de ascender.
Iban apareciendo barranquillos, pero
nosotros siempre continuamos hacía la derecha.
Estábamos en la zona de los Albaidares.
El barranco principal llegó un momento que
estaba taponado por desprendimientos.
Retrocedimos varios metros y continuamos
por otro pequeño barranquillo a la derecha.
Éste, unos cuantos metros más hacia arriba
se vuelve a abrir en dos nuevos barranquillos.
Nosotros siempre por el de la derecha.
Ascendimos por la loma que queda entre los
dos barrancos, toda esta zona fue quemada
y aunque ha vuelto a nacer
vegetación, todavía quedan restos de lo que fuera un incendio en su día.
Subimos hasta la cresta.
Aquí encontramos unas ruinas "El
Cortijo de
La Rosa"
A la derecha se veían diferentes barrancos y
entre ellos una hilera de cinco o seis cortijos en la misma loma.
Por una especie de pista hecha por la lluvia
ascendimos hasta el pico de 856 m. y desde aquí,
por La Lanchaza fuimos cresteando dirección
sur por una pista que te lleva a un cortijo blanco de nueva construcción.
Una vez pasado éste a varios metros, sale
una pista hacia la izquierda,
comenzamos a descender por ella y nos llevó
directamente al coche.
Eran las 7 de la tarde aproximadamente.
Nos gustaría que nos dieses tu opinión
sobre esta ruta en nuestro
FORO
|