Me gustaría resaltar la importancia de estos antiguos caminos que actualmente están en desuso y olvidados.

Por ellos, anduvieron y viajaron tanto lugareños como personajes ilustres durante diferentes siglos.

JUEVES 23:

Este día, por la mañana, salimos de la ciudad de Almería, encaminándome yo a la villa de Adra, en la costa, diez leguas, según me dicen, a poniente.

Quísome acompañar el señor Deán, y a eso de las once llegamos al lugar de Enis (Enix), que dista tres (otros dicen cuatro) leguas de Almería, camino desastrado pero alegre con la vista del mar y las campiñas y montes inmediatos. A poco de haber llegado sobrevino el señor arcipreste, y a cuando esto escribo se está previniendo la comida.

Comimos y se durmió la siesta, y a eso de las cinco salimos para el lugar de Bícar (Vicar), que dista una sola legua, porque no se podía adelantar más a causa de no haber población más allá sino Dalias, que dista cuatro leguas y está fuera de camino. Pero la tal legua desde Enis (Enix) a Bícar (Vicar) nos entretuvo largas dos hora y media, tan larga y desastrada es. Con esto atravesamos toda la sierra que llaman de Gádor, a cuyo pie, hacia poniente, está Bicar (Vicar).

Como a media hora de haber salido de este pueblo dejamos a mano derecha, a corta distancia del camino, el lugar de Felíx o félix, memorable por la rota de los moriscos rebeldes en 156(9) por los cristianos mandados, si no me engaño, por el marques de los Vélez. Hoy se llama y se ve desde el camino el cerro que llaman “de la matanza”.

Dormimos en Bícar (Vícar) el Deán y el Arcipreste, y yo en casa de los señores Arnat, gente distinguida y bien estante de aquel pueblo, y nada se echó de menos de cuanto se halla en las ciudades más  bien surtidas.