Ruta por el Alto
Atlas Marroqui:
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Marrakech - Imlill -Aroumd -Refugio
Toubkal -Toubkal |
Toubkal;
el alto de 4000m. más cerca y accesible del Sur español,
además el
más alto Atlas Marroquí.
Se organizó finalmente para ir en
Semana Santa del 2008. Eran pocos
días pero suficientes para llevar a
cabo nuestro objetivo.
Los
billetes de ida y vuelta los
gestionamos nosotros con cinco meses
de antelación. Para todo nuestro viaje
en Marruecos contactamos con Hassan
Idmansour, (un muchacho de Imlil que
organiza rutas, se encarga de todo). Alguien
que había utilizado sus servicios en
Internet lo
recomendaba y nosotros contactamos con
él.
Hasta que no llegamos allí estuvimos
todo el tiempo inseguros, por si acaso
nos fallaba, (nunca se sabe) ya que ni
siquiera nos había pedido dinero por
adelantado y todo nuestro contacto era
a través de emails.
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MIÉRCOLES 19 DE MARZO 2008
Salimos del aeropuerto de Almería
dirección Madrid a las 17:20
horas.
Una vez en Madrid en La Terminal 4
embarcamos nuevamente para coger
nuestro siguiente vuelo destino
Marrakech. Hicimos trasbordo en
Casablanca, y al llegar a esta
ciudad llovía a cantaros. En el
aeropuerto nos hicieron cambiar de
puerta de embarque tres veces.
Todos los pasajeros salíamos en
estampida al saber que había que
cambiar de puerta, ahora para la
derecha, ahora vuelta para la
izquierda…….. (pensamos:
“comenzamos bien el viaje en
Marruecos!!!!!).
Éstas fueron simples anécdotas del
viaje, porque al llegar a
Marrakech, aquí no llovía, y tal
y como habíamos quedado Hassan nos
estaba esperando en el aeropuerto.
Nos llevó al Hotel Alí junto a la
plaza Jama El FENA (tal y como
nosotros le habíamos pedido que
nos hiciera la reserva).
Este hotel, aunque viejo, está muy
bien situado y los taxis te dejan
en la misma puerta. En su día,
tuvo que ser un gran hotel;
actualmente, tiene gran encanto y
autenticidad, aunque está viejo y
un tanto descuidado pero sigue
conservando gran solera. Cuenta
con servicios de masajes y Haman.
La comida es típica marroquí con
buffet libre y suelen venir
clientes de fuera a comer; las
habitaciones tienen aire
acondicionado y lo mejor de todo
son las vistas desde la terraza
del edificio.
Nosotros llegamos sobre la una y
media de la madrugada al hotel.
Ver la panorámica desde la terraza
del hotel sobre la plaza Jama El
FENA (donde todavía se veía
trasiego de gente), las luces de
la ciudad con diferentes minaretes
a lo lejos y la gran mezquita
Kutubía fue todo un espectáculo
visual impactante.
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JUEVES 20 DE MARZO 2008
De madrugada nos despertó a más de
uno la llamada a la oración y la
lluvia de una tormenta.
Afortunadamente cuando
nos levantamos a las 8 lucía un
magnífico sol.
Desayunamos en el hotel rodeados de
ambiente marroquí y de montañeros,
algunos ya venían de vuelta y
otros
como nosotros también iban a hacer
rutas por El Atlas.
A las 9 de la mañana tal y como
habíamos quedado con Hassan, su tío
(Un taxista de Marraketch) nos
recogió en el Hotel y salimos
dirección Imlil (a 70 Km. de
Marraketch), el trayecto duró poco
más de una
hora.
Conforme íbamos saliendo de la
ciudad íbamos viendo lujosas casas,
algún campo de golf que se está
construyendo, pero poco a poco
fuimos entrando por la carretera
S-501 que serpentea por el barranco
dirección
El Atlas y parecía que estábamos
volviendo a la España de hace 50
años.
Personalmente, me parecía que
estábamos en La Alpujarra, no hay
que olvidar que durante muchos
siglos
los árabes vivieron en España
y sobre todo en La Alpujarra, los
sistemas de riego, las
construcciones, cultivos, etc. Son
legado de nuestros antepasados
árabes.
Fuimos pasando por los pueblos de
Tahannout, Moulay Brahim, Asni,
Tagadir......, la vegetación junto
al
caudaloso río era magnífica, fuimos
encontrándonos: algarrobos, olivos,
acebuches, álamos blancos, acacias
farnesianas, cipreses, rosas
caninas, chumberas, sabina negra,
opuntia nicophila, pinos, enebros,
lentiscos,
nogales, el árbol Araar
(especie muy rara que sólo existe en
toda Europa en la ciudad de
Cartagena) mucha
vegetación y
plantaciones de albaricoques.
Nos llamaba la atención la gran
erosión de las montañas, tanto por
el pastoreo como por las
inclemencias
atmosféricas.
Pasado Asni, en una curva se nos
apareció la silueta de varios cuatro
miles relucientes con un gran manto
blanco.
¡Ya estábamos viendo acercarse
nuestro gran objetivo!!!!!!.
Un pequeño pueblo se veía escalonado
al otro lado del río, llamaba la
atención como se encontraba
totalmente integrado en el paisaje.
Pasamos junto a varios grandes
hoteles de 5 estrellas. Es un gran
contraste de
pobreza y riqueza a la vez,
tradición y modernidad.
Nos paramos en Moulay Brahim, donde
había camellos en el río y
restaurantes junto a la carretera.
Llegamos a
Imlill.
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Este pueblo
tiene gran animación, sobre todo por
los montañeros.
Que llegan a él para coronar
El Toubkal o cualquier otro pico del
Alto Atlas.
Tiendas, restaurantes, casas y
hotelitos para alojarte. Todo
rodeado de un entorno alucinante, un
vergel de
plantas, agua por doquier, la
hospitalidad y sencillez de los
Berebere, altas montañas que
arropan este valle……
Nuestro contacto Hassan nos estaba
esperando. Él tiene una tienda en el
pueblo que es donde recibe a los
clientes, en la parte de arriba
tiene incluso varias habitaciones
donde se puede dormir. Su teléfono
es 00212 (0) 24 48 56 13 / 00 212
(0) 7041 26 75 y mail:
[email protected] habla ingles
y francés.
Cargamos todas las mochilas en un
burro y comenzamos a subir dirección
Aroumd. Donde Hassan tiene un casa
acondicionada para turistas, con
habitaciones, baños compartidos,
comedor y lo mejor de todo: “unas
vistas maravillosas y un servicio
muy bueno para montañeros”.
Llegamos a la casa y dejamos parte
del equipaje que no íbamos a
necesitar en una habitación, donde
pernoctaríamos al día siguiente a
nuestro regreso.
Nuevamente el equipaje en la mula y
dos chicos (uno el cocinero y otro
el guía) nos acompañaron en nuestra
ascensión hasta el refugio.
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La
casa de Hassan está en lo alto del
pueblo, descendimos hasta el río,
continuamos entre piedras unos
veinte minutos, para continuar por
el sendero que comienza a ascender
por el margen izquierdo y que te
lleva directamente al pueblecito de Sidi Chamaroud.
Es increíble ver
como nos adaptamos las personas al
medio. En mitad de la montaña a más
de 2.000 metros y sólo con la ayuda
del agua y de los montañeros que
viven aquí, vive la población de
esta pequeña aldea.
Hay una gran piedra pintada de
blanco y encima tiene varias estacas
con banderas deshilachadas. Según
nos contaron, esto viene a ser como
para nosotros una ermita. Y
periódicamente la gente sube a este
lugar.
Enseguida nos abordaron los
comerciantes para que compráramos, y
quedamos que al día siguiente, a la
vuelta le compraríamos.
Cada vez se veía la nieve más cerca.
A cada paso íbamos salvando
desnivel. El barranco quedaba a
nuestra izquierda, se veían cascadas
de hielo, grandes barrancos que
descienden directamente del Toubkal
(aunque éste no se podía ver).
La burra parecía que llevaba el
turbo puesto y siempre iba un buen
tramo por delante nuestra.
No parábamos de cruzarnos grupos de
montañeros con burras y porteadores
que volvían ya al pueblo, también
nos encontramos algunos montañeros
más aventureros solos y sin guías
(no tiene pérdida la ruta, pero es
aconsejable contratar los servicios
de los porteadores, al fin y al cabo
la mayoría sobreviven gracias a lo
que ganan con los montañeros y
turistas).
En la cima de la montaña se veían
nubes que poco a poco iban
descendiendo.
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Una hora aproximadamente antes de
llegar al refugio ya tocamos nieve.
Este era el final del trayecto de la
burra, descargamos las mochilas y
paramos a comer. El cocinero bajó un
saco con nuestra comida y nos
repartió pan y víveres para comer.
Mientras que nosotros comíamos, él
se echó el saco al hombro y comenzó
a andar hacía el refugio.
El otro
muchacho, Madig, se quedó con
nosotros. La niebla ya nos alcanzó y
el frío era intenso. Nos abrigamos
bien, nos pusimos los crampones y
piolet y continuamos la ruta pisando
por el surco que habían hecho los
montañeros durante todo el día.
Llegamos al refugio nevando.
Nosotros le habíamos pedido a Hassan
que nos reservara en el refugio El
Toubkal (este refugio esta
gestionado por el club de montaña
francés) como albergue de montaña
esta bien, el problema es que no
tiene demasiada capacidad, sólo hay
un par de lavabos y casi siempre hay overbooking y sobre todo se nota que
es un refugio con muchos años.
Teléfono del refugio Toubkal:
0021244319036 mail:
[email protected]
Nos sorprendió que justo delante del
refugio del Toubkal hubiera otro
refugio de nueva construcción,
(aunque estéticamente muy parecido
los dos).
Este refugio tiene
capacidad para 160 personas y está
gestionado por el club de montaña
marroquí. Es todo nuevo, con amplias
habitaciones, y varios cuartos de
baño y ducha. Un salón grandísimo
forrado de madera y las columnas de
espejos, ¡vamos!, todo un lujo a más
de 3000 metros.
Cuando llegamos al refugio (eran las
5 de la tarde aproximadamente),
teníamos reserva hecha, pero ya no
quedaban literas libres, así que
echamos colchonetas al suelo y nos
acomodamos como pudimos en varias
habitaciones.
Dejamos las mochilas y
nos fuimos a tomarnos el té
calentito que el cocinero nos tenía
ya preparado y que nos sentó
maravillosamente.
Nos dijo el guía
que la cena era a las 8, faltaba
todavía un par de horas, pero se
pasaron volando, hablando con otros
montañeros, casi todos eran
españoles, unos del País Vasco,
otros catalanes, valencianos, y
algún grupillo que otro de
extranjeros, portugueses, ingleses,
italianos.
Después de la apetitosa cena “Sopa
de lentejas Harira, Tayin y té
moruno” continuamos de tertulia con
los montañeros; estaba nevando y
temíamos que a la mañana siguiente
tuviéramos problemas para subir a la
cumbre.
Con toda la algarabía que había en
el refugio, a las 10 ya estaba todo
el personal acostado y en silencio.
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VIERNES
21 DE MARZO 2008
A
la mañana siguiente a partir de las
5 ya empezaban los montañeros a
movilizarse. Nosotros nos
levantamos a las 5.30.
Afortunadamente la mañana estaba
despejada.
Después de desayunar comenzamos
nuestra ruta. Ascendimos unos metros
por detrás del refugio y enseguida
cruzamos el río helado.
Un empinado
tubo se nos presentaba, pero no
había problema, se veían más arriba
varios grupos de montañeros y
conforme íbamos ascendiendo
siguiendo sus huellas, también
veíamos como otros grupos comenzaban
a salir del refugio siguiendo
nuestros pasos. Otros montañeros
tomaban otra dirección para ascender
a otros picos.
Llegamos al primer collado. Se veía
un gran circo y un poco más arriba
otro collado. ¡Todo se ve tan cerca
en la montaña, que parece mentira lo
que se tarda en llegar de un punto a
otro y sobre todo cuando las
condiciones físicas de algún
compañero no están al 100%!
Apareció el sol y éste nos cegaba
con su reflejo en la nieve. Pronto
comenzaron a verse nubes en la cima.
Algunos montañeros subían cargados
con sus ski para hacer el descenso
esquiando.
Algunos de nosotros se adelantaron e
iban a un ritmo más rápido, cada vez
aparecían más nubes. Llegamos al
último collado. Desde aquí se
comienza a ascender hacia la
izquierda y en un punto concreto ya
se ve El Toubkal.
Quedaban pocos metros, unos 20
minutos, que se suben con alegría al
saber que prácticamente estás en la
cima.
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Nuestros compañeros llegaron media
hora antes a la cumbre y tuvieron la
suerte de poder ver entre nubes
diferentes panorámicas.
Cuando
nosotros llegamos medía hora después
ya estaba todo cerrado de nubes, no
por ello fue menos espectacular ni
satisfactorio conseguir nuestro
primer 4000.
Sacamos nuestras provisiones para
comer aunque hacía mucho frío. Nos
llamó la atención un pajarillo que
voloteaba por allí comiéndose las
migajas que le echábamos. |
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Nos
hicimos las fotos reglamentarias y
regresamos intentando ir lo más
rápido posible, ya que la
climatología no era muy favorable.
En según que tramos, aprovechamos
las huellas que habían dejado los
esquís al descender y nos dejábamos
deslizar por ellos. Llegamos a tomar
velocidad en el descenso y era un
tanto vertiginoso y excitante.
Animamos a otros montañeros a que no
siguieran y todos nos divertimos
muchísimo.
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Llegamos al refugio a las dos,
comimos y a las tres ya estábamos
listos para continuar con la marcha
de regreso. Cuando salimos del
refugio estaba nevando y hacía
viento. Nos abrigamos, pero aún así,
cuando te daba la ventisca en la
cara te hacía daño, parecían
alfileres.
Una vez llegado al punto donde nos
dejó la burra el día anterior, ésta
estaba allí esperándonos, volvimos a
cargar las mochilas y sin detenernos
descendimos casi al paso de la burra
hasta llegar a la aldea de Sidi
Chamaroud.
Los mismos comerciantes
del día anterior nos recibieron,
quisimos comprarle cosas, pero los
precios habían cambiado, lo que ayer
costaba 70 dirham hoy nos querían
cobrar 180 dirham. Al final
regateamos y compramos por 80 dirham
pañuelos Berebere.
La tarde comenzaba a caer y hacia
frío. Seguimos descendiendo hasta
que llegamos finalmente a Aroumd.
El guía nos dijo que había un Haman
cerca de la casa de Asma, así que
nos pasamos y reservamos hora para
darnos unos baños y masajes.
Dejamos las cosas en la casa,
cogimos nuestras cosas para el baño
y nos fuimos al Haman, ya era de
noche. Las calles no tienen luz y
nos alumbrábamos con los frontales.
El Haman era bastante sencillo y
casi cutre, pero a la vez auténtico.
El masajista nos dio unos masajes
con una especie de grasa y después
con un guante de crin, según en que
partes era doloroso y el masajista
nos animaba a quejarnos del dolor.
Después terminamos con agua fría y
la verdad, fue estupendo después de
la ruta, un masaje de este tipo,
nuestros músculos y cuerpo lo
agradecieron.
Cuando salimos del Haman estaba
nevando. Llegamos a la casa y la
cena nos estaba esperando.
Coincidimos con una pareja de
alemanes que estaban haciendo
turismo por Marruecos y que le
habían recomendado este lugar.
Nevó durante toda la noche y por la
mañana estaba todo blanquito y
helado.
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SÁBADO 22 MARZO 2008
A
las 9 nos estaba esperando la burra y
Madig para llevarnos a Ilmill.
Esta vez el regreso lo hicimos por el
otro lado del río. Bajamos hasta éste,
callejeando por el pueblo, cruzamos el
puente y ascendimos pasando por el
único hotel del pueblo, varios molinos
de agua se veían en el río. El pueblo
parecía estar colgado en la ladera de
la montaña.
Patatas cultivadas jalonaban la parte
baja de la montaña. A lo lejos se
divisaban diferentes picos de la
cordillera del Alto Atlas.
Volvimos a descender pasando junto a
acequias y grandes árboles, llegando
finalmente a la tienda de Hassan,
donde éste nos estaba esperando. Nos
invitó a un té en la terraza de su
casa, donde coincidimos con otros
montañeros que habían llegado esa
mañana. |
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A las 12 regresemos con el taxi a
Marrakech.
Nos paramos en Moulay Brahim
donde había fiesta, cientos de personas estaban
congregadas en el lugar, había música, bailes y diversión.
Continuamos e hicimos una nueva parada, esta
vez en una cooperativa de mujeres donde trabajan
con argán. Nos atendieron maravillosamente,
mostrándonos como trabajan el argán elaborando
artesanalmente aceite y otros productos
naturales. Nos invitaron a un té, pan recién
hecho y aceite de argán. Nos mostraron todos los
productos y les compramos algunos.
Llegamos a Marrakech sobre las tres de la tarde.
Nos instalamos otra vez en el hotel Ali y
enseguida nos fuimos a la plaza Jama El FENA y
desde aquí nos introducimos entre la multitud
directamente en las callejuelas de La Medina.
Disfrutamos de este ambiente, fuimos a ver la curtilería y tintado de pieles donde nos dieron
una ramita de hierba buena para aliviar el
fuerte e intenso olor del lugar.”
Las horas en Marrakech sucedieron muy rápidas y
enseguida llego el domingo por la mañana, en el
cuál regresamos a España.
Un viaje corto, pero intenso, seguro que
volveremos, porque todo el Alto Atlas está lleno
de cumbres que coronar rodeado de esa cultura
Berebere que te ayuda y apoya al caminar. |
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Nos gustaría que nos dieses tu opinión sobre
esta ruta en nuestro
FORO |
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