Ruta en Adra "Puerta y
Puerto de La Alpujarra":
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BARRANCO ALCAZABA - CORTIJO
BUENA VISTA - LA LANCHAZA |
Como este invierno está siendo bastante lluvioso
y con grandes nevadas, ¡Este fin de semana no iba
a ser menos! El pronóstico eran vientos, lluvias en general y
nieve en las cotas más altas.
Decidimos hacer El Barranco Alcazaba,
resguardado del fuerte viento. Desconocido y hermoso barranco cerquita de la
costa, donde las previsiones meteorológicas eran
más halagüeñas.
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Antes de hacer esta ruta, hay que saber que hay
varias opciones como final de ruta. También hay
que tener claro el punto de llegada para
dejar un coche o para quedar con alguien que nos
recoja.
Nosotros elegimos la salida por un camino
tradicional de paso
de ganado.. Así que en esta ocasión, terminaríamos la
ruta en La Lanzacha, más o menos a la altura de
Guainos Alto.
Con los vehículos, subimos por la carretera que pasa
junto a La Torre de Guainos y que te lleva a Los
Pérez y La Ermita del Barranco Almerín.
Ascendimos por la carretera hasta los 340m.
aprox., aquí dejamos un coche.
Justo en una curva muy cerrada de la carretera
donde hay una pequeña explanada con una valla que
cierra el paso a una pista en desuso. Desde aquí
es muy buena la panorámica sobre Adra y debajo,
en el fondo de la rambla, se ve Guainos Alto.
Retrocedimos con el otro vehículo hasta la N-340
y continuamos dirección Málaga. Antes de un
kilómetro, apareció el cartel con el
nombre del barranco. Abandonamos la carretera y
nos metimos por la antigua N-340 con un precioso
puente de piedra donde dejamos el coche. |
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Comenzamos nuestra ruta pasando por debajo del
impresionante puente de la autovía.
Curiosamente
este tramo de autovía fue inaugurado el pasado
octubre y con las lluvias, uno de los pilares
ha cedido; por lo que continua la autovía
cerrada.
Recordábamos de otras ocasiones, a unos cientos
de metros de los puentes, que el barranco hace un giro a la derecha y se entraba directamente
en una zona frondosa con un hermoso pino y unas
llamativas paredes de rocas erosionadas por el
tiempo y el agua.
La siguiente sorpresa
fue que a la
vuelta de la esquina todo estaba
aplanado por las máquinas.
Han ensanchado
sin piedad, hasta unos límites de más de 6
metros de altura y donde en algunos cortes, la
basura y residuos agrícolas, los han dejado intactos
en estos mismos límites.
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Durante 20 minutos aproximadamente, andamos por
esta zona que han dejado yerma.
Las excavaciones vienen a terminar prácticamente
a la altura de un acueducto hecho con una viga.
Por encima de éste, pasa un tubo conductor del
agua que proviene de las acequias que discurren a
ambos lados del barranco.
En algunos tramos estas acequias están
construidas a una altura considerable y lo
llamativo es la verticalidad de dichas paredes. |
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Aquí podemos decir que termina La Rambla y
comienza realmente el barranco.
La morfología de las paredes de esta zona es muy
significativa por las diferentes y llamativas
formaciones que tienen.
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La vegetación es abundante, variada con
diferentes tonalidades verdes que en esta
ocasión relucían con los rayos del sol.
El caudal del barranco, en según que tramos, es
relativamente fuerte en comparación con otros
años. |
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Zigzagueando vamos andando entre maleza y
grandes rocas que forman pequeños saltos de
agua.
Todos ellos se pasan sin demasiada dificultad.
En otros tramos el caudal se convierte en un
hilillo que desaparece bajo la tierra.
Estas zonas son más despejadas de vegetación,
pero otra vez ¡Y de pronto! mana nuevamente y
aparece el agua de la tierra aumentando a cada
paso su caudal y cerrándose el camino de
plantas.
Llevamos cerca de dos horas de ruta y llegamos
a un tramo angosto donde es complicado pasar
por un gran salto de agua.
Unos 60 metros antes
de llegar a él, en el margen derecho hay una
señal que te indica ascender por allí unos 15m., los primeros metros son piedra suelta, pero
enseguida aparece el senderillo que te lleva al
sendero bien hecho con piedra seca y que te
ayuda a pasar este tramo sin dificultad.
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La mayor parte de la ruta se anda directamente
por el agua. Hermosas paredes dan abrigo a los
recovecos que se han formado con el paso del
tiempo y las grandes avenidas de agua. Es
agradable pasear por este barranco, da la
sensación como
si no hubiese pasado ningún ser humano por allí
desde hace años.
La música del agua y el silencio, interrumpido
por el canto de los pájaros eran nuestros
compañeros de camino. Vimos un águila real y
despertamos a un búho con nuestra llegada.
Algunas cabras monteses corrieron por el cerro
al percatarse de nuestra presencia.
Tras 15 minutos de haber pasado el tramo
angosto, llegamos al cortijo El Tranco de La
Mula, en este punto, el barranco hace una gran
revuelta en forma de “S”. El cortijo principal
queda en el margen derecho (según nuestro
sentido) y en el margen izquierdo hay otro
cortijo más pequeño.
En este barranco, en comparación con otros,
apenas han existido cortijos ni molinos de agua,
tanto junto a su cauce como en las laderas de las
altas montañas que lo arropan.
Aún así nos encontramos varias balsas hechas de
piedra con sus muros de contención y varias
caleras (horno circular hecho de piedras donde se
calcinaba la piedra caliza y se obtenía la cal). |
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Andando poco a poco, vamos ganando altura y el
barranco comienza a abrirse. A lo lejos y en una
rellana de la ladera, divisamos un gran cortijo
en ruinas.
Éste es El Cortijo de Juan Abad. En esta zona más
accesible se nota más la presencia humana, tanto
por vestigios de agricultura tradicional como por
residuos agrícolas y basura.
En el margen izquierdo del barranco encontramos
otra calera y unos cientos de metros más adelante vimos una pista nueva que sale directamente del
barranco y que sube hasta El Cortijo de Palomo.
(llevábamos tres horas de ruta).
La primavera está ya cerca, y el campo está
esplendoroso con tanto color. Diferentes tipos de
insectos revolotean y otros te los encuentras
camuflados entre las hojas de las plantas.
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Estamos ya llegando a la zona del cortijo
BuenaVista. Prueba de ello nos lo da un salto de
agua en una zona un tanto angosta que salvamos
ascendiendo nuevamente por la derecha.
Aquí no hay sendero y hay que subir por las
rocas, no tiene demasiada dificultad pero si hay
que pasarlo con precaución. Nuevamente en
el cauce, esta zona está más dificultosa, sobre
todo por las cañas y zarzas que obstaculizan el
cauce.
En este tramo, el barranco hace otra recurva que
bordea y aísla al cortijo BuenaVista. Una vez
pasado éste, se aprecia bien marcado un sendero
que cruza por el barranco de lado a lado y que lleva desde El
Cortijo BuenaVista a La Cortijada Las Eras. |
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Abandonamos el barranco y comenzamos a subir
dirección El Cortijo Las Eras. Este primer
repecho llega a unas rocas; al pasarlas,
desciendes varios metros y continuas pasando
junto a una calera que está prácticamente
escondida por una higuera.
Continuamos por un segundo repecho que pasa junto
a unos corrales abandonados. Una vez arriba,
giramos a la derecha para acercarnos al caserío
de La Cortijada Las Eras.
Este cortijo señorial, tiene su torre Lagar que
todavía conserva la prensa de hacer vino. En la
bodega te encuentras algún que otro gran tonel
abandonado.
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Las vistas desde este cortijo son estupendas,
divisándose al sur el mar. Este punto es estratégico, desde
aquí se aprecian bien las diferentes alternativas
que tenemos para salir del barranco.
Hacia el oeste, se ve El Barranco Gurrias, si
continuáramos en esta dirección llegaríamos
después de Gurrias al Trevolar.
(Éste es el único acceso en coche para esta zona
del barranco Alcazaba).
Hacia el norte el barranco pasa por La Cortijada
de Los Dagas y sigue dirección Turón.
Hacia el este, se sube por la pista pasando por
El Cortijo La Quica y se enlaza con el antiguo
camino de herradura que te lleva a La Lanchaza.
(Este era nuestro objetivo, pasar por el antiguo
camino de herradura).
Para llegar a él desde este
cortijo señorial donde nos encontrábamos,
ascendimos unos cientos de metros por la pista
hasta encontrar una bifurcación donde giramos a
la derecha. (En
caso de seguir recto por la pista, se pasa junto
a los otros cortijos y se desciende al barranco
Alcazaba donde se cruza y continúa la pista por
El Barranco Gurrias. ) |
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Seguimos ascendiendo, aparece
una cadena tirada en el suelo y un cartel que
indica Cortijo La Quica. Andamos sin salirnos de la pista
y descendimos unos metros para cruzar un
barranquillo (encima de éste se encuentra El
Cortijo La Quica). Ya estábamos caminando
hacia el sur, dirección La Lanchaza.
Llega un momento que la pista se termina junto a
un campo arado por un tractor. Cruzamos éste,
descendimos nuevamente unos metros para cruzar
otro barranquillo y seguidamente encontramos el
antiguo camino de herradura que nos lleva
directamente a unas ruinas donde termina el
sendero (Decir que el antiguo camino de herradura
está un tanto perdido en su inicio y final, por
lo que quizás cueste un poco encontrarlo, pero
una vez en él encuentras varias señales
pintadas). A unos 50 metros más arriba de las
ruinas enlazamos con la pista de La Lanchaza. | | | | |